Luego de su destacada actuación en Wimbledon —tercer Grand Slam de la temporada—, donde alcanzó por primera vez en su carrera los octavos de final en el cuadro individual femenino, Solana Sierra logró un importante ascenso en el ranking WTA, alcanzando su mejor posición histórica.
La tenista marplatense, que ingresó al cuadro principal como lucky loser, escaló 34 puestos y actualmente ocupa el puesto 67 del ranking mundial, consolidándose como la mejor representante argentina en la clasificación femenina.
En su histórica participación en el certamen londinense, Sierra consiguió victorias frente a Olivia Gadecki, Katie Boulter y Cristina Bucsa, antes de caer en los octavos de final ante la alemana Laura Siegemund, con parciales de 6-3 y 6-2.
El término lucky loser (perdedor afortunado) se utiliza para describir a un jugador o jugadora que, tras perder en la última ronda de la clasificación de un torneo, accede igualmente al cuadro principal gracias a la baja de otro competidor (por lesión, retiro u otra causa); la marplatense reemplazó a la belga Greet Minnen antes de iniciar Wimbledon.
El impacto de su logro trascendió las canchas: por haber sido la única jugadora en alcanzar esa instancia como lucky loser, el museo oficial de Wimbledon le solicitó a la argentina una de sus raquetas y parte de la indumentaria utilizada, para integrarlas de forma permanente a los archivos históricos del torneo.