Cada octubre, el mundo se viste de rosa en conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha clave para concientizar sobre la importancia de la prevención y el tratamiento temprano de esta enfermedad. En Argentina, una disciplina deportiva poco conocida ha ido ganando terreno entre quienes han atravesado este diagnóstico: el Bote Dragón. Desde la Confederación Argentina de Deportes conversamos con Andrea Balagna, licenciada en kinesiología, sobreviviente de cáncer de mama y presidenta de la Asociación Civil Rosas del Plata, un equipo de remo integrado por personas que enfrentan o han superado esta enfermedad, para conocer el impacto de este deporte en la recuperación física y emocional de quienes lo practican.
Andrea, quien se recuperó de cáncer de mama a los 37 años (hoy tiene 60), preside este equipo que ya lleva casi una década remando por la vida. “La técnica de remo del Bote Dragón favorece que no aparezca el linfedema o que, si ya está presente, no aumente”, explica. Este efecto secundario, común en pacientes operados con vaciamiento axilar, provoca la inflamación del brazo debido a la extirpación de ganglios. El movimiento repetitivo del remo facilita el flujo linfático, evitando que la inflamación empeore.
“Nuestro lema es ‘remar por la vida’, porque cuando nos subimos al bote, tratamos de olvidar nuestros problemas”, comparte Andrea. Además de los beneficios físicos, como combatir el sedentarismo, el deporte les brinda a estas mujeres un espacio de acompañamiento y apoyo mutuo. “Tenemos socias desde los 35 hasta los 78 años, y todas compartimos el mismo objetivo: mantenernos activas y disfrutar de la vida“, añade.
El Bote Dragón no es el único deporte que ayuda a prevenir complicaciones tras el tratamiento del cáncer de mama. Andrea también menciona la práctica de arco y flecha como una actividad beneficiosa: “El movimiento del arco favorece la prevención del linfedema y, además, es una actividad que requiere concentración total”.
Con más provincias interesadas en incorporar este deporte, como Mendoza, Corrientes, Tierra del Fuego y el interior de Buenos Aires, el Bote Dragón se está convirtiendo en una herramienta clave para mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan el cáncer de mama. Andrea, que tambien brinda capacitaciones con la Asociación, destaca la importancia de la prevención y de los controles médicos regulares, recordando que una de cada ocho mujeres padecerá cáncer de mama en su vida, y que también afecta a hombres, aunque en menor medida.
Este octubre, mientras el mundo se une para concientizar sobre el cáncer de mama, Andrea y las Rosas del Plata seguirán remando, recordando a todos que, con el apoyo adecuado, se puede remar por la vida, aún en las aguas más turbulentas.