Marta Bartolozzi, secretaria de la Liga Argentina de Bowling, dialogó con la Confederación Argentina de Deportes sobre los logros, desafíos y proyectos de esta organización, que se destaca como la autoridad máxima en la organización de los Campeonatos Argentinos de Bowling, Categorías A y B, en la especialidad de palos chicos.
La Liga, fundada en 2002 por un grupo de jugadores apasionados, busca revitalizar este deporte que, por razones sociales y económicas, había perdido parte del interés de sus seguidores. Marta recordó los primeros pasos de la Liga: “Tuvimos muchos avatares en los últimos dos años. En la parte económica hemos tenido muy buenos periodos, como tambien hemos tenido años difíciles, pero siempre con la respuesta de un promedio de 12 a 15 entidades del país que estaban de acuerdo en participar en los campeonatos”.
Antes de la creación de la Liga, la Asociación Argentina de Bowling regulaba tanto el bowling de palos grandes como el de palos chicos. Con la fundación de la Liga, el bowling de palos chicos adquirió una entidad propia que, según Bartolozzi, hoy congrega a cerca de 200 jugadores en las dos categorías, provenientes de diversas provincias.
Este año, la Liga celebró avances importantes. Bartolozzi destacó la creciente participación femenina: “Hemos tenido 45 damas, lo cual es muy importante porque son las más reticentes por sus obligaciones culinarias y familiares; a veces no pueden participar, pero ha sido un año muy bueno”. Otro logro fundamental fue el aval de la Inspección General de Justicia, que declaró a la asociación civil como la única entidad legal a nivel nacional para organizar los campeonatos argentinos de esta disciplina. Además, su reciente incorporacion a la Confederación Argentina de Deportes refuerza su posición como regulador clave del bowling de palos chicos.
Con vistas al 2025, la Liga Argentina tiene proyectos ambiciosos, especialmente en el área juvenil. “El proyecto que hemos conversado durante los campeonatos es ingresar un juvenil dentro del equipo de la menor categoría. De esta manera, los entusiasmamos para que se vayan multiplicando y volvamos a organizar campeonatos argentinos juveniles, como en los años 2006 y 2008”, explicó. También buscan integrar esta disciplina en eventos provinciales como los Juegos Bonaerenses.
Un compromiso social constante
El rol social de la Liga también fue destacado. Bartolozzi recordó momentos en los que el deporte trascendió su esfera competitiva: “Cuando hicimos el campeonato en Catamarca en el 2006, ayudamos a una escuela y a un hogar de niños. En Mar del Plata, apoyamos a una escuela que había sido vandalizada. La Liga no da dinero; el tesorero va al lugar, pregunta qué se necesita y, en la medida del dinero disponible, la Liga lo compra”.