Con tan solo 15 años, Mateo Vildoza se perfila como una de las jóvenes promesas del tenis de mesa argentino. Su camino en este deporte comenzó de manera casual durante unas vacaciones en casa de su abuela, cuando recibió como regalo una paleta y pelotas de tenis de mesa. Lo que inició como un pasatiempo rápidamente se convirtió en una pasión que lo llevó a competir y destacarse a nivel nacional.
Vildoza encontró en la naturaleza individual del tenis de mesa y en la oportunidad de competir en distintos escenarios las principales motivaciones para desarrollarse en este deporte. Sus primeras competencias llegaron menos de un año después de haber comenzado a jugar, y desde entonces ha mantenido una evolución constante.
Entre sus logros más recientes, se destaca la consagración en la Súperserie “Alfredo Meyer”, donde se coronó campeón de la quinta categoría, resultado que le permitió ascender a la cuarta categoría y abrir un nuevo capítulo en su carrera deportiva. Además, obtuvo el tercer puesto en el Grand Prix, un torneo que reúne a jugadores de nivel casi nacional provenientes de provincias como Santa Cruz y Mendoza.
Su calendario competitivo incluye participaciones en torneos de liga nacional y la intención de integrarse a campamentos de entrenamiento vinculados a la selección nacional, con el objetivo de acelerar su desarrollo deportivo. A largo plazo, Vildoza apunta a formar parte del seleccionado argentino de tenis de mesa, una meta que persigue con compromiso y dedicación.
La exigente rutina de Vildoza combina largas horas de entrenamiento —casi seis veces por semana, con sesiones de dos horas diarias— con sus responsabilidades escolares. Este esfuerzo diario refleja la seriedad con la que encara su carrera, afrontando los desafíos que implica compaginar el deporte con la educación.