La selección de Julián Álvarez derrotó por tres sets a uno a Chile, con un marco de público que impresionó tanto a chilenos como a argentinos.
A las 20:00 horas se dio comienzo al partido más emocionante de la jornada en el Polideportivo de Ñuñoa. Los anfitriones peleaban la medalla de oro ante Argentina en el vóleibol masculino, y la presión de las más de mil personas que llenaron el recinto capitalino se hizo sentir con cánticos, gritos y vítores hacia los jugadores en cancha.
Con la fiesta armada en las gradas, el resto fue obra de los seis por lado representando a Chile y Argentina. Los locales partieron ganando 8-5 el primer set en un igualado juego. Con Vicente Parraguirre y Pablo Koukartsev como los más fuertes de cada flanco, el resto del parcial se fue definiendo –punto a punto- a base de fuerza y precisión.
Los ataques de Simón Bader y Tomás Parraguirre desequilibraron el marcador a favor de Chile. Sin embargo, la albicelestes se fueron acercando de a poco en base a la precisión de sus opuestos, igualando a 16 los guarismos. De ahí en más, Argentina se tuvo que esforzar al máximo para llevarse el primer set por 25-23.
En la segunda manga el ánimo por parte de los chilenos comenzó a decaer y, con eso, aumentó la solidez argentina, tanto en defensa como en ataque. Así, la zaga de Julio Álvarez respondió a las expectativas y apabulló a Chile con un parcial de 25-14.
Sin embargo, fuera de decaer, los anfitriones salieron con más fuerza que en el set anterior y, con buenas reacciones ante los constantes ataques argentinos, se quedaron con el tercer juego. El público no dejó de alentar y esa sensación de fortaleza se traspasó a los chilenos, que derrotaron por 25-22 a los albicelestes.
El equipo local comenzó a levantar su juego y la cuarta manga avizoraba nuevos bríos para el conjunto de Daniel Nejamkin. Chile estaba arriba por tres puntos, pero un saque de Rafael Grimalt que se quedó en la red y la posterior desconcentración conjugaron para que Argentina se llevara el último parcial por 25-22 y, con esto, el oro.
Pablo Koukartsev, figura argentina dentro de la competencia, señaló que “no nos esperábamos una reacción tan buena por parte de Chile. Sabíamos que iban a salir con el cuchillo entre los dientes, pero pudimos ganar y llevarnos una medalla de oro a casa, que es lo mejor que hay”.
En tanto, el técnico albiceleste, Julián Álvarez, indicó que “es un oro muy importante para la Argentina, porque el equipo apareció cuando tenía que aparecer. Jugar una final, con este marco de público impresionante, es muy lindo”.
Por su parte, quienes lograron la plata se fueron con la sensación de colgarse una medalla algo insípida. “Es un premio al trabajo que venimos realizando. Es una plata amarga, porque queríamos quedarnos con el oro, pero será en otra oportunidad”, cerró el capitán chileno, Matías Parraguirre.
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