El racismo es una problemática que se ha dado en la sociedad a lo largo de la historia. Sin embargo, el deporte buscó ser uno de los mayores promotores de su erradicación y pionero de la integración de las diversidades.
Las diferentes entidades deportivas mundiales han llevado con precaución y cierto recelo la inclusión de las personas de raza negra, reflejando esto en los bajos salarios de los atletas negros y alejándolos de los puestos claves en los clubes sociales.
A pesar de ello, se dieron hechos históricos que dejaron marca a lo largo de todos estos años: En 1945, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, aparecen algunos dirigentes de clubes de béisbol que se percataron del potencial existente en la “Liga de Negros” (Negro Leagues) y comenzaron a traer jugadores de color a la Major League.
En los Juegos Olímpicos de Roma 1960, el boxeador Cassius Clay mejor conocido como “Muhammad Alí” fue campeón, pero a pesar de su condición de oro olímpico sufrió la discriminación por su color de piel y, producto de ello, tiró su medalla de oro al Río Ohio. Tiempo después, por el año 1996, el Comité Olímpico Internacional decidió darle un homenaje como el mejor boxeador de toda la historia, por sus númerosos combates ganados.
Otro hecho histórico sucedió en los Juegos Olímpicos de México 1968, mejor conocido como las Olimpiadas de la Paz. Mientras el mundo miró asombrado el increíble salto de 8,90 metros de Bob Beamon o a la creación del nuevo estilo en la altura por parte de Dick Fosbury, el atletismo recogería los movimientos en favor del fin de la segregación racial que habían promovido Malcom X y Martin Luther King, quien había sido asesinado. En plena efervescencia de la reivindicación de la igualdad racial, se había fundado el Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos y se decidió utilizar los JJOO para escenificar la protesta. En la final de 100 metros ya hubo una tímida protesta al subir los atletas al podio descalzos y con calcetines negros. Sin embargo, fue en los 200 metros donde el deporte vivió uno de los momentos icónicos de su historia. Al subir al podio como primero y tercero, Tommie Smith y John Carlos unieron a lo anterior un gesto que pasaría a la posteridad: El saludo ‘Black Power’, una célebre señal de protesta de los derechos civiles negros en Estados Unidos.
En los años 80’ ya se vio una mayor integración, sobre todo en los Estados Unidos, donde se veía una menor brecha y mayor igualdad en los topes salariales y cupos importantes entre blancos y negros en los clubes de básquet, baseball y fútbol.
La utilización del Rugby por parte de Nelson Mandela como herramienta fundamental para terminar con el Apartheid fue decisiva para lograr la reconciliación nacional tras más de cuarenta años de segregación racial legal en Sudáfrica. Apartheid tenía tres símbolos: la bandera, el himno y los Springboks. La bandera se cambió, se aceptaron dos himnos oficiales, pero los Springboks no conseguían atraer a una población negra que siempre ligó el equipo nacional de Rugby a la dominación y la represión blanca. El día de la victoria en la final contra Nueva Zelanda, blancos y negros se unieron para apoyar conjuntamente a su equipo y lograr un gran avance en la igualdad racial.
El racismo en el fútbol tiene eposiodios que se repiten, cada tanto, en los campos de juego. Un caso particular fue el de Samuel Eto’o en Barcelona, en el año 2006. El delantero hizo saber a su entrenador que no jugaría más luego de recibir cánticos, por parte de los hinchas, sumamente ofensivos por su color de piel, pero tanto el árbitro como su entrenador le hicieron replantearse la decisión. Este mismo hecho se repitió con el jugador italiano, Mario Balotelli,que llegó a amenazar con enfrentarse a los aficionados si recibía insultos en la Eurocopa de Polonia y Ucrania en 2012.
Lo cierto es que el racismo está presente aún. El objetivo es erradicarlo por completo. Sabemos que es una tarea difícil, pero nada imposible. Un deporte sin discriminación, con más igualdad y equidad es el que necesitamos. Otro deporte es posible.
Nota: Franco Bravo (Instituto Superior General San Martín)