Desde la Confederación Argentina de Deportes, le agradecemos a Diego Schwartzman por haber servido a la patria durante años, representándonos con honor en cada torneo y dejando en alto el nombre del deporte argentino. Lo homenajeamos de la siguiente forma.
El tenis argentino despide a uno de sus más grandes exponentes. Diego Schwartzman, el “Peque”, jugó su último partido como profesional en el ATP de Buenos Aires, el mismo torneo que lo vio consagrarse campeón hace apenas cuatro años. Con un recorrido excepcional y un legado imborrable, cierra una etapa en su vida deportiva dejando un profundo agradecimiento en el corazón de todos los argentinos.
El pasado jueves, en un estadio repleto de emoción, Schwartzman se enfrentó al español Pedro Martínez en su despedida del circuito, cayendo por un doble 6-2. Sin embargo, su adiós no fue inmediato: el argentino había logrado superar en la primera ronda al chileno Nicolás Jarry, estirando un poco más su estadía en el torneo. Este evento marcó el final de una carrera profesional que lo llevó a lo más alto del tenis mundial.
Diego Schwartzman es sinónimo de superación y entrega. A lo largo de sus 15 años de trayectoria, rompió con los estereotipos del tenis global y demostró que la estatura no era un impedimento para la grandeza. Con su 1,70 m, su velocidad y un revés demoledor, logró posicionarse entre los mejores del mundo. En octubre de 2020, alcanzó el puesto número 8 del ranking ATP y se mantuvo en el Top 10 durante siete meses consecutivos, un logro reservado para los más grandes del deporte.
El “Peque” dejó una huella imborrable en los torneos más importantes del circuito. Fue semifinalista de Roland Garros en 2020, disputó 10 finales ATP y se consagró campeón en cuatro oportunidades, entre ellas en el Argentina Open. Además, su desempeño en los Masters 1000, con 61 victorias, incluyó un triunfo histórico ante Rafael Nadal en Roma. Su retiro lo encuentra como el cuarto tenista argentino con más victorias en torneos de Grand Slam, solo detrás de leyendas como Guillermo Vilas, Juan Martín Del Potro y David Nalbandian.
A lo largo de su trayectoria, Schwartzman no solo representó con honor al país, sino que también inspiró a nuevas generaciones con su esfuerzo y pasión por el tenis. Su legado trasciende los títulos y las estadísticas: es el de un luchador incansable que llevó la bandera argentina a lo más alto.
Gracias, Peque, por todos los momentos de gloria, por las emociones vividas y por demostrar que los sueños, con esfuerzo y dedicación, pueden hacerse realidad. El tenis argentino te despide con gratitud infinita, sabiendo que tu historia quedará por siempre en el corazón del deporte nacional.