Stefania Ferrando nació con atrofia muscular espinal tipo 2, una enfermedad genética que afecta la motricidad y el equilibrio. A sus padres les dijeron que solo viviría hasta los 10 años. Sin embargo, tres décadas después, la oriunda de Gualeguay (Entre Ríos) está lista para representar a Argentina en los Juegos Paralímpicos de París 2024, superando todos los pronósticos médicos y personales.
Desde pequeña, Stefania enfrentó desafíos significativos. La silla de ruedas se convirtió en su compañera diaria, y aunque siempre contó con el apoyo de su entorno, no fue hasta la adolescencia que comprendió la magnitud de su discapacidad. Fue durante una sesión de terapia grupal cuando hizo el “click” necesario para aceptar su realidad y comenzar a explorar sus capacidades.
El deporte fue su gran aliado en este proceso. Comenzó con la natación en 2013, pero las dificultades del clima la llevaron a buscar una nueva disciplina. En 2017, descubrió las bochas adaptadas casi por accidente, pero rápidamente demostró tener talento. A partir de allí, su dedicación y esfuerzo la llevaron a competir a nivel internacional, clasificándose para los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y, ahora, para París 2024.
A lo largo de su carrera, Stefania enfrentó múltiples desafíos, tanto dentro como fuera de las competencias. En Tokio, aunque no logró obtener una medalla, la experiencia le sirvió como aprendizaje y motivación para seguir adelante. Al regresar a Argentina, se fijó el objetivo de clasificar para París, lo cual consiguió tras ganar la medalla de oro en los Juegos Parapanamericanos de Chile 2023.
Más allá de los logros deportivos, Stefania ve su participación en los Juegos como una oportunidad para inspirar a otras personas con discapacidad. Su historia es un testimonio de que, con determinación y esfuerzo, es posible superar cualquier barrera y alcanzar metas impensadas.