La Selección Argentina de vóleibol cerró su participación en el Mundial de Filipinas tras caer en los octavos de final ante Italia, actual campeón del mundo, por 3-0 (23-25, 20-25, 22-25). El equipo dirigido por Marcelo Méndez no logró repetir la hazaña conseguida en la fase anterior, cuando había derrotado por 3-2 al bicampeón olímpico Francia.
El conjunto nacional mostró carácter y resistencia, pero no pudo contrarrestar la jerarquía del rival, que tuvo como figuras a Alessandro Michieletto (15 puntos) y Yuri Romanò (14). En la ofensiva argentina se destacó Luciano Vicentín, máximo anotador del partido con 17 tantos, acompañado por Joaquín Gallego con 9.
Más allá de la eliminación, Argentina cumplió con un papel destacado en el certamen. Fue líder del Grupo C en la primera fase, con tres victorias que lo convirtieron en el único representante sudamericano en alcanzar los octavos de final, señal de que el recambio generacional está en marcha.
El encuentro también estuvo marcado por la despedida de un emblema: Luciano De Cecco, histórico armador de la selección, jugó su último torneo importante con la camiseta albiceleste. Pese al desenlace adverso, el equipo argentino se retiró del Mundial dejando señales de crecimiento y competitividad frente a las potencias del vóleibol internacional.