800 kilómetros de inclusión

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Hace 15 años, el barilochense Pablo Noves comenzó a perder la visión. Hoy, solo conserva el 40% de su vista y lo poco que puede ver, lo percibe de manera borrosa. Sin embargo, nunca se dejó vencer ni se impuso barreras. Integra la asociación Los Búhos, dedicada a la inclusión de personas con discapacidad visual, y forma parte de la Fundación Desafío Bariloche, que promueve la práctica del esquí para esquiadores no videntes. Ahora, se prepara para un nuevo desafío: recorrer 800 kilómetros en bicicleta. La travesía del grupo “Atre-verse” comenzará el 21 de abril en San Luis, con un primer tramo de 130 kilómetros hasta Mendoza, y finalizará el 27 de abril en San Juan.

El propósito de esta travesía es concientizar sobre la importancia del ciclismo adaptado para personas con discapacidad visual y otras limitaciones motoras, como las causadas por un ACV. Según explicó Pablo, en estos casos, el deportista ata su pie y su mano inmovilizados al pedal y al manubrio, respectivamente, permitiendo que el movimiento se genere por inercia. El objetivo es promover el deporte adaptado en municipios donde todavía se desconoce la actividad. El año pasado, los ciclistas recorrieron el tramo Esquel-Bariloche y en Trevelin, por ejemplo, el área de Deportes invitó a personas con discapacidad a experimentar el ciclismo adaptado.

Para estas travesías, se utilizan bicicletas tándem, que poseen más de un asiento y dos pares de pedales para ser conducidas por dos personas. Pablo explicó que existen dos tipos: una de competición, donde el guía solo maneja y la persona con discapacidad pedalea y maneja los cambios; y otra de travesía, en la que ambos pedalean al mismo ritmo. En el recorrido San Luis – San Juan, todos los ciclistas pedalearán en conjunto. Se espera la participación de 30 personas: 15 con discapacidad visual y 15 guías.

El recorrido de 800 kilómetros se realizará por la Ruta 40. En algunos municipios contarán con acompañamiento policial, que formará una cápsula de seguridad para los ciclistas y los vehículos de apoyo. En otros tramos, circularán por la banquina con precaución.

La iniciativa Atre-Verse nació hace algunos años gracias a deportistas con discapacidad de diferentes partes del país, con la idea de unir ciudades mediante el uso de bicicletas tándem y promover la inclusión. Pablo relató que la idea surgió de una joven tucumana con baja visión, su esposo y un ciclista de Capital Federal, quienes comenzaron solos y, con el tiempo, sumaron más personas con discapacidad visual. Recordó que, antes de perder la visión, solía andar en bicicleta con su hermana, y juntos soñaban con conseguir una bicicleta tándem, algo que finalmente logró en 2020, durante la pandemia.

Cuando tenés visión, estás pendiente del camino y te perdés muchas cosas. Con discapacidad visual, los sentidos se agudizan”, explicó Pablo. Durante la primavera, el verano y el otoño, la fundación le proporciona bicicletas para entrenar. En invierno, se ejercita en el gimnasio con rodillos o spinning. A sus 42 años, recuerda cómo, tras operarse a los 28 para corregir su miopía, una mala praxis derivó en glaucoma y pérdida de visión progresiva. “Veo todo como si estuviera dentro de una bolsa de nylon“, lamentó. Ahora, su meta es completar los 800 kilómetros, conocer nuevas provincias y seguir desafiándose a sí mismo.